(Juan Rodrigo Villamanil)
jueves, 6 de marzo de 2008
Que los sueños nunca se apaguen ... Nostalgia colectiva, susurro de heroes caidos que entre taciturnos mensajes, solo esperan la caida de los bajos suspiros, para derrocar los supuestos lideres, y lograr que la mision se cumpla, y de cumplirse, no gritar por la victoria, sino callar para escuchar las voces de la memoria guia y brujula para la busqueda de indentidad y espiritu.
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CRITICA A LO QUE DEBE SER
Ahora me miras a los ojos, esperando a que te ayude,
Buscando una respuesta distinta a los que solían estar contigo,
Buscando un significado alguno
Que sustente que la justicia puede estar a tu favor.
Ya que te puedo decir,
Las barreras el papel, y la consecuencia tu encierro,
Tus lágrimas no remedian nada,
Ya acostumbrado a esto hablas con un hombre de piedra,
Que te seguirá diciendo lo mismo “la ley es la ley así dura sea”
Para mi ya eres una mas tras las rejas,
Para otros un alma que extrañaran,
Y para tus demandantes, un favor al sistema.
Somos tan fríos, tan intocables al destino,
Tan cercanos a una realidad, que solo la acogemos para regular;
Creo que es el momento donde lo entiendo todo,
Lo manejo todo, pero no comprendo porque soy así.
El sufrimiento se convirtió en una situación fácil de manejar,
El despojo fue sinónimo de lágrimas, pero gratitud a la justicia.
Me agrada mi trabajo, me entrenaron para esto y para esto soy bueno,
Me encanta el control, el orden y lo específico,
Saber que camino y que todo esta regulado,
Es como vivir dentro de una esquizofrenia jurídica que limita mi vida.
Y es hay donde me asusto, es hay donde el orgullo y el ego caen,
Donde la pregunta intimida y es la que dice,
¿Trabajo para ellos o ellos trabajaron conmigo?,
Una victima más de sus caprichos,
Un resultado perfecto de lo ya escrito,
Y ahora sigo preguntando,
¿Quién soy yo?, o quién solía ser antes de decidir y suponer
La perfección del texto convertido en sociedad,
Quizás siempre hay algo que nos envuelve y nos lleva mas halla,
Pensé que lo había conseguido,
Pero nuestro destino, debe ser otro.
Señora, veo que cesaron sus lágrimas y usted me ha traspasado su angustia,
Disculpe si hable mucho, disculpe el silencio,
Y discúlpeme; ya que no puedo hacer nada por usted,
Sino esperar que mi inteligencia logre entender
Que existe la falla, y que mas que el derecho,
Existen personas que se sujetaron a el.
Juan Rodrigo Villamil
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